domingo, 12 de octubre de 2014

Cuadro sobre «El señor de las termitas», por el pintor Samuel López Cunché


Los libros son obsequios de la imaginación y, quienes somos creyentes, sospechamos que Dios es la supraconsciencia que nos desafía en el delirio de la inspiración. Está por aparecer la sexta edición de El señor de las termitas. La galería de lectores de ese librito mío de 80 páginas es mágica: de todas las edades, de todas las condiciones (infantes, amas de casa, obreros, jóvenes, muchos jóvenes, políticos, amigos y adversarios, campesinos, profesionales, escritores, músicos, pintores, actores, magos, ancianos a las puertas de su último adiós), de todos los signos. Un libro que crece y ya crea su propia mitología.
  Ejemplos, antes ya le compuso una canción Israel Quiñones, debo compartirla pronto; se había propuesto llevarla a cine Pepe Gonzalez Diaz, pero quedó trunco el proyecto, por lo visto, y ahora el Pintor Samuel López Cunché está trabajando pasajes de este título para su producción pictórica.
 El arte es endógeno, sus frutos siempre renuevan nuestra visión del alma y del mundo. Aquí su cuadro, ¿qué opinan? Si no lo han leído, pídanlo, la cooperación por libro es simbólica, al alcance de cualquier bolsillo... Gracias a Cunché, quien tras leer esta historia de Pedro y Ema me ganó su simpatía, su amistad y sus afectuosas palabras; su regalo es muy interesante, juzguen ustedes mismos...


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